Mares de dunas y roca:
la magia hipnótica del
desierto
Inhóspitos, hipnóticos, espectaculares. Los paisajes de desierto no suelen dejar indiferentes a nadie.
Monótonos para algunos, fascinantes para otros, estos grandes mares de arena y roca están llenos de detalles sorprendentes que pueden pasar desapercibidos ante una primera impresión de inmensidad abrumadora. Grandes escritores, aventureros y exploradores como Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, Paul Bowles o Antoine Saint-Exupéry quedaron fascinados por la plasticidad de estas grandes extensiones que invitan a la introspección, a la aventura y al contacto con la cara más austera de la naturaleza. En este artículo te presentamos cuatro desiertos espectaculares que podrás descubrir en los viajes exclusivos de Aidu Travel Assessors.
Marruecos, el magnetismo del Sáhara
Tan cercano y tan exótico, Marruecos es un país fascinante en el que disfrutar del encanto y del ajetreo de sus medinas, pero también de sus maravillosos paisajes. El Sáhara marroquí, que tanto inspiró a Saint-Exupéry, es ideal para dejarse contagiar por la inocencia de El principito y experimentar la magia del desierto por primera vez. Emular a los beduinos surcando las dunas a lomos de un camello, disfrutar de una romántica y deliciosa cena tradicional bajo un firmamento lleno de estrellas y subir a una duna para ver el amanecer son experiencias preciosas que te causarán una profunda impresión y que podrás vivir en nuestra ruta La esencia de Marruecos. Paul Bowles recopiló sus experiencias en el Sáhara en sus «Cuentos del desierto», y seguro que a ti esta vivencia también te dejará un recuerdo imborrable.
La aventura del desierto en Omán
Este país de la península Arábiga es una joya por descubrir. Si la arena fuera oro, Omán sería uno de los países más ricos del mundo, ya que más del 80 % del territorio del país es desierto. Compartido con los países vecinos, el desierto de Rub al Khali es uno de los mayores del mundo y un lugar ideal para vivir en profundidad la aventura del desierto. Su espectacular extensión requiere varios días para poderlo explorar parcialmente. Si buscas una experiencia singular y de contacto con la naturaleza nuestra ruta Aventura en el desierto Omaní es ideal para ti. Seguro que quedarás asombrado ante las colosales dunas del Rub al Khali, rascacielos dorados que pueden alcanzar los 300 metros de altura.
El outback, el corazón de Australia
El corazón de Australia es puro desierto. Un universo que nada tiene que ver con sus modernas y cosmopolitas ciudades, ni con sus espectaculares playas. Una vasta llanura rojiza interrumpida solo por espectaculares construcciones de la madre naturaleza, como el mítico y sagrado monte Uluru o Ayer’s Rock y las Olgas, colinas rocosas de gran belleza que dibujan un bello horizonte. El outback es la tierra de los aborígenes, la esencia de Australia, donde la vegetación escasea y la fauna salvaje, con el canguro como icono, se ha adaptado a unas condiciones de vida exigentes. Subirse a un 4×4 y recorrer sus pistas y carreteras para cruzar el desierto australiano, nos permitirá hacernos una idea de la inmensidad de esta isla de dimensiones continentales situada a nuestras antípodas.
Wadi Rum, un desierto de otro planeta en Jordania
Pese a sus dimensiones, Jordania ostenta un patrimonio arquitectónico y cultural único, con lugares de una belleza colosal, como la Ciudad Perdida de Petra, o los yacimientos romanos de Gerash, un legado magnífico. Además de sus tesoros culturales Patrimonio de la Humanidad, en territorio jordano encontraremos uno de los desiertos más bellos del mundo: el Wadi Rum. Sus espectaculares arcos y formaciones rocosas y el color rojo característico de su arenisca dotan a este paisaje de una belleza surrealista. Para Lawrence de Arabia, la magia de este paisaje y de sus noches estrelladas fue una mística fuente de inspiración. Del mismo modo, para muchos realizadores cinematográficos sus paisajes excepcionales han sido el escenario ideal para recrear el planeta Marte y otros lugares más allá de las fronteras de la Tierra. Mientras los vuelos interplanetarios sean solo un espejismo, siempre te quedará la enigmática belleza del Wadi Rum para que te sientas como si estuvieras en otro planeta.