La arquitectura incaica,
una maravilla patrimonial de
Perú

Situada en lo alto de un cerro rodeado de montañas, como si quisiera alcanzar los cielos, la ciudadela de Machu Picchu transmite una magia que hechiza a viajeros de todo el mundo.

Probablemente, si estás pensando en viajar a Perú, es porque quieres ver con tus propios ojos una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Pero no dejes que el ansia por lograr la fotografía soñada te ciegue. Es cierto que este lugar te impresionará profundamente, pero la verdadera maravilla que la cultura incaica ha legado al mundo no es solo el Machu Picchu, sino una concepción de la arquitectura y la ingeniería avanzadas a su tiempo.

Panorámica del Machu Picchu

Panorámica del Machu Picchu

Para descubrir los mejores ejemplos de arquitectura incaica, vale la pena que te tomes tu tiempo para explorar la ciudad de Cuzco y sus alrededores.

La que fuera capital de la civilización inca es en la actualidad una de las ciudades más bellas de América del Sur. Muchos la comparan con Roma por su gran cantidad de monumentos. Al pasear por el centro histórico, podrás admirar el magnífico contraste entre la arquitectura colonial y la incaica. Para demostrar su poder, los conquistadores erigieron muchos edificios coloniales sobre los muros de las construcciones de los incas.

El mejor ejemplo de esta fusión de arquitecturas es el Coricancha, el antiguo Templo del Sol. Se dice que su interior estaba recubierto de oro en un simbólico homenaje al astro rey. Tras la conquista española, el templo fue destruido. Sobre sus restos erigieron el Convento de San Domingo. Curiosamente, aunque a lo largo de los siglos los terremotos han castigado la arquitectura del convento, la parte inca de la edificación los ha resistido con entereza.

Coricancha y Convento de San Domingo en Cuzco

Coricancha y Convento de San Domingo en Cuzco

Los incas construían sus muros usando grandes bloques de piedra tallados con una precisión inaudita.

Después los unían entre ellos sin usar ningún tipo de argamasa o cemento. Si paseas por la calle Hatum Rumiyoc, descubrirás un antiguo muro almohadillado del palacio inca en el que, si te fijas con atención, podrás ver la Piedra de las doce esquinas. El modo en que esta encaja con todas las piedras que la rodean se ha convertido en un símbolo de la perfección de la arquitectura inca, que destaca por su sobriedad estilística y por la rotundidad de sus formas.

Piedra de las Doce Esquinas en Cuzco

Piedra de las Doce Esquinas en Cuzco

En las afueras de Cuzco, encontrarás también algunos lugares imprescindibles para comprender hasta qué punto la cultura inca estaba desarrollada. Una opción muy recomendable es realizar una ruta por el Valle Sagrado de los Incas y descubrir sus pequeños pueblos de montaña, cuya tradición agrícola se remonta a siglos de historia.

El sitio de Moray es uno de los lugares más enigmáticos y sorprendentes del valle. Sus andenes o terrazas escalonadas en círculos concéntricos te cautivarán por su gran belleza. Este lugar dedicado al cultivo del maíz servía a los incas para investigar sobre las técnicas y los procesos de cultivo. Gracias a los hallazgos que se han hecho en este sitio, se han podido conocer muchos aspectos relacionados con la agricultura inca. Cerca de Moray, se encuentran las salinas de Maras, donde la sal se sigue extrayendo sal usando las técnicas incas.

Salinas de Maras en Valle Sagrado en Cuzco

Salinas de Maras en Valle Sagrado en Cuzco

Dos de los sitios arqueológicos incas más importantes del Valle Sagrado de los Incas son la ciudadela de Pisac, cuya estructura y construcciones se conservan en lo alto de un cerro, y la Fortaleza de Ollataytambo.

Esta es una de las poblaciones más singulares de Perú y se la suele llamar «la ciudad Inca Viviente», ya que es el único pueblo inca que ha sido habitado ininterrumpidamente desde que se fundó en el siglo XV. Los restos de los templos que aún se conservan, así como las grandes construcciones talladas en la roca, transmiten la grandeza del que fue uno de los asentamientos inca que mayor oposición presentó a los conquistadores españoles.

Fortaleza de Ollantaytambo en el Valle Sagrado en Cuzco

Fortaleza de Ollantaytambo en el Valle Sagrado en Cuzco

Otro itinerario distinto que te permitirá apreciar la maestría constructiva de la cultura incaica es el de las Cuatro Ruinas Aledañas de las afueras de Cuzco. De los cuatro recintos arqueológicos que comprende, el más imponente es la Fortaleza de Sacsayhuamán, que está a dos kilómetros de Cuzco. Esta obra está considerada como una de las más imponentes que los incas llevaron a cabo. Se construyó entre los siglos XV y XVI y destaca por el impresionante tamaño de sus muros megalíticos. Una verdadera demostración del dominio de las técnicas de la talla de la piedra.

El complejo de Quenqo fue un importante centro de culto inca. Aquí se celebraban los rituales de adoración a la Pacha Mama (la madre Tierra), pero los conquistadores arrasaron este lugar por completo, salvándose solo partes de algunas de las antiguas dependencias. De la fortaleza Puka Pukara, solo se conservan las plantas y los muros bajos de lo que fueron sus dependencias. Pero bastan para hacernos una idea de las dimensiones de este recinto militar cuyo nombre en quechua significa «fortaleza roja».

Fortaleza de Sacsayhuamán en Cuzco

Fortaleza de Sacsayhuamán en Cuzco

La última de las cuatro visitas para completar este itinerario es el sitio arqueológico de Tambomachay, un lugar muy especial que los incas dedicaban al culto al agua. Conocido como «los baños del inca», lo más sorprendente de este lugar son las canalizaciones de las aguas que realizaron los incas, que siguen funcionando siglos después. La más famosa de ellas es la doble fuente paralela, ya que por cada uno de sus chorros cae la misma cantidad de agua y a la misma velocidad.

2021-02-14T22:31:11+01:00América, Magazine|
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