El Gran Cañón
del Colorado
Al Gran Cañón hay que ir una vez en la vida. Las fotos, por espectaculares que sean, no pueden trasladarte la magnitud y la grandeza de hallarte cara a cara con esta maravilla natural.
El espectacular Gran Cañón, situado al norte de Arizona en Estados Unidos, es una inmensa y profunda garganta de 446 kilómetros de longitud y 1.600 metros de profundidad máxima excavada por el río Colorado y que corta la meseta del Colorado de forma brutal. Tiene probablemente menos de 6 millones de años de antigüedad, aunque la mayor parte de las rocas sedimentarias que el río Colorado ha dejado a la vista tienen entre 2.000 y 230 millones de años. La explicación científica más aceptada hasta la fecha es que la apertura del golfo de California hace 5,3 millones de años hizo descender el nivel base del río Colorado incrementando la velocidad de erosión, de modo que la actual profundidad del Gran Cañón se alcanzó hace 1,2 millones de años.
A pesar de que los pueblos anasazi ya habitaban algunas áreas del Gran Cañón hace más de 3.000 años, el primer europeo que contempló esta maravilla de la naturaleza fue García López de Cárdenas en 1540 cuando lideraba una expedición en busca de una de las siete ciudades de oro del reino de Cíbola, que se creía que estaba entre el actual norte de México y suroeste de Estados Unidos. Guiado por un grupo de indios hopi, que ya conocían el río Colorado, y tras veinte días de viaje se toparon con el Gran Cañón. No fue hasta 1908 que el Gran Cañón se convirtió en Monumento Nacional, gracias al presidente Theodore Roosevelt, gran promotor de este paraje natural. Y desde 1919, gracias a los conservacionistas ambientales, es ya Parque Nacional y recibe cinco millones de visitantes año tras año.
La Orilla Sur o South Rim del Gran Cañón es la que ofrece las mejores vistas panorámicas y, por tanto, la que cuenta con más infraestructuras y miradores, a los que recomendamos acudir especialmente al amanecer y al atardecer, cuando los el color rojizo característicos de las formaciones rocosas va cambiando de tonalidad creando un gran espectáculo visual. La Orilla Norte o North Rim se encuentra a cinco horas por carretera cruzando el puente navajo y tiene mucha menos espectacularidad.
Los más atrevidos no querrán perderse el Skywalk, un mirador inaugurado en el año 2007 en la Orilla Oeste con el suelo acristalado y construido sobre un abismo de más de 1.200 metros de profundidad.
No apto para quienes sufran de vértigo, la visión del Gran Cañón desde el Skywalk es imponente. Pero lo bueno del Gran Cañón es que puede ser disfrutado y explorado por todos los públicos, desde los miradores de toda la vida, en un vuelo en helicóptero, con excursiones que descienden hasta el cauce del río… Sea como sea, hay que verlo y sentirlo en primera persona.
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