Angkor, la ciudad perdida
del Imperio Khmer
Tan solo las imágenes aéreas pueden mostrarnos lo perfecta que era la estructura urbanística de la antigua ciudad de Angkor.
Epicentro del Imperio Khmer, Angkor está considerado el complejo urbano preindustrial más grande del mundo con una superficie de 400 km² y una población que alcanzó los 750.000 habitantes. Actualmente es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del Asia sudoriental y, a pesar de haber sido fruto de estudio de arqueólogos, científicos e historiadores de todo el mundo desde el siglo XIX, sigue guardando misterios sin resolver, como el por qué esta ciudad sagrada fue abandonada repentinamente.
Descubierta ya en 1601 por misioneros portugueses y españoles que dejaron testimonio escrito del templo de Angkor Wat, pasó desapercibida para los europeos hasta que en 1860 el naturalista francés Henri Mouhot, totalmente fascinado con su hallazgo, describió Angkor Wat como «rival del templo de Salomón y erigido por algún antiguo Miguel Ángel que podría ocupar un puesto de honor junto al más bello de nuestros edificios, siendo más grandioso que los que nos dejaron Grecia o Roma». Más tarde, el explorador y artista francés Louis Delaporte, que realizó una serie de exitosos grabados de la ciudad perdida de Angkor para la Exposición Universal de París de 1878, también mostró su embeleso: «Admiro tanto la concepción arriesgada y grandiosa de los monumentos como la armonía perfecta de todas sus partes. El arte camboyano (…) es la más bella expresión del genio humano en esta vasta región de Asia que se extiende desde el Índico al Pacífico».
Pero, ¿cuál es la historia de estos magníficos vestigios, hoy devorados por la selva, de entre los cuales destacan los célebres templos de Angkor Wat y Bayon? ¿Cuándo surgió el Imperio Khmer? ¿Cómo era la vida en Angkor? ¿Por qué la abandonaron de la noche a la mañana?
El Imperio Khmer nació en el siglo IX fruto de la unión de dos misteriosos reinos del sudeste asiático, Chenlá y Funán, de los que poco se sabe, pero que en un momento dado se unieron para hacer frente a las invasiones indonesias.
Una vez proclamada su independencia de Java, Jayavarman II se autoproclamó dios-rey khmer y estableció cuatro capitales: Indrapura, Hariharalaya, Amarendrapura y Mahendrapura. El máximo apogeo del Imperio Khmer fue entre los siglos IX y XIV, a lo largo de los cuales los sucesivos reyes construyeron los templos y palacios que hoy todavía se mantienen en pie y cuyo valor no únicamente arquitectónico, arqueológico y artístico, sino también cultural, religioso y simbólico.
Inicialmente, el Imperio Khmer profesaba la religión hindú, aunque se acogió al brahmanismo y no al sistema de castas propio de la India. No fue hasta el siglo XIII que adoptaría el budismo theravada, procedente de la vecina Sri Lanka, como religión oficial, aunque los elementos hinduistas no llegarían a desaparecer del todo.
En cuanto a la vida y costumbres de esta gran civilización que llegó a dominar gran parte del Sudeste Asiático es fundamental el informe «Las costumbres de Camboya» que el diplomático chino Zhou Daguan escribió tras vivir todo un año en la corte del rey khmer Indravarman III, entre agosto de 1296 y julio de 1297. El relato de Daguan es todo un retrato de la vida en Angkor a finales del siglo XIII con profusas descripciones de los grandes templos como Angkor Wat, Bayon y Baphuon.
Gracias a él se sabe, por ejemplo, que las mujeres, que gozaban de mayor grado de libertad que en otras sociedades, tanto orientales como occidentales, de aquella misma época, eran quienes comerciaban con el arroz como moneda de cambio. Y es que el arroz y el pescado eran el sustento principal de los khmeres por aquel entonces. También se conoce que hombres y mujeres recogían su cabello en moños altos y vestían un paño de cintura hacia abajo dejando el torso desnudo; que se zambullían en el agua y se lavaban la cabeza varias veces para curarse de enfermedades o que había hechiceros, aunque también desarrollaron sistemas de asistencia sanitaria con más de cien hospitales. La música y la danza ocupaban un lugar importante en la sociedad khmer que cada cuatro meses, así como el último mes del año, celebraban festivales y competiciones deportivas.
Sin embargo, lo que propició riqueza y esplendor al Reino de Angkor y, probablemente, también fue la causa de su desaparición, fue el control y la gestión del agua.
Más allá de la belleza arquitectónica de sus templos y palacios, Angkor era una verdadera obra de ingeniería para contener las grandes cantidades de agua de las lluvias monzónicas y aprovecharla después en las estaciones secas, garantizando el riego de los cultivos de arroz todo el año. Para ello, crearon los llamados barays o grandes lagos artificiales, diques, canales que también servían para el transporte, casas elevadas sobre pilotes, carreteras elevadas por encima del nivel de inundación, etc.
Probablemente, fue el deterioro de este vasto sistema hidráulico unido a otros factores como la superpoblación, las luchas internas por el poder, las guerras con invasores y reinos vecinos, una sucesión de fuertes sequías y terribles lluvias torrenciales, las causas que llevaron al Imperio de Angkor a un repentino y enigmático desenlace, sobre el cual hay muchas teorías pero pocas certezas.
La siguiente animación realizada por la Universidad de Monash y la Universidad de Sydney recrea los paisajes y la vida cotidiana en el Reino de Angkor en el siglo XIII.